El ciudadano desde su hogar es clave para mejorar la separación de Residuos Sólidos Urbanos (RSU), porque es una pieza fundamental en todo el sistema de reciclaje.
El modelo implantado en España y en Europa está basado en la separación en origen por parte de los ciudadanos, es decir, todo el modelo está basado en la correcta separación en sus hogares y comercios, de los distintos tipos de residuos, así como su correcto depósito en los contenedores adecuados: el papel/cartón en el contenedor azul, el vidrio en el verde y los envases metálicos y plásticos en el contenedor amarillo. Parece una ecuación fácil, parece que es algo sencillo, sin embargo, debemos recordar y sensibilizar para que exista una buena integración entre cada residuo y el destino final donde tiene que llegar.
Para que los ciudadanos separen los residuos en origen, es necesario tener una concienciación medioambiental que sepa comprender en qué les beneficia, afortunadamente cada vez más llega a los futuros “recicladores” que no son otros que los más pequeños de nuestros hogares gracias a las campañas de concienciación y a través de las visitas que los escolares realizan a las plantas de tratamiento. También colectivos sociales tienen las puertas abiertas de los Centros de Tratamiento para comprobar el resultado de su esfuerzo inicial. Y así creamos, entre todos, la cadena perfecta: concienciación, actuación y separación en origen para asegurar que la totalidad de todos los residuos son correctamente reciclados.
Y cuando la cadena funciona, todo funciona, pero, ¿qué ocurre si no hay una correcta colaboración de los ciudadanos? Pues sencillamente que el reciclaje no es posible. Cualquier Planta de Tratamiento puede tener las mejores instalaciones del mundo, pero sin la correcta colaboración de los ciudadanos la cadena del reciclaje no funcionaría de una manera adecuada.
La colaboración ciudadana y la correcta separación de los residuos en origen son premisas básicas para que funcione el sistema de reciclaje por dos motivos: el primero es que lo que el ciudadano no separa en sus viviendas es más difícil de recuperar, y en segundo lugar, los materiales incorrectamente depositados en un contenedor disminuyen la eficiencia de las plantas y ponen en riesgo el proceso de reciclaje del resto de residuos.
La Educación Ambiental es un proceso que va a durar toda la vida, no es una moda y tiene como objetivo impartir conciencia ambiental, conocimiento ecológico, actitudes y valores hacia el medio ambiente para tomar un compromiso de acciones y responsabilidades que dependerán de nuestras actitudes, de nuestra primera acción.
Los datos nos acompañan y nos recuerdan que cada vez más los ciudadanos utilizan los Ecopuntos y los Ecoparques como buena prueba de la correcta utilización ya que es muy importante hacer uso de estas instalaciones de recogida porque, de esta manera, nos aseguramos que cada residuo es gestionado específicamente según sus características, consiguiendo reducciones en el volumen de basura que va a vertedero y aumentando la cuota de reciclaje.
Tenemos que seguir haciendo de la concienciación una herramienta que proteja el medio ambiente y nuestra salud.
Hemos de recordarnos como ciudadanos, que nuestras acciones van a contribuir a que la cadena de reciclaje siga rodando para que las Plantas de Tratamiento consigan ser eficientes y entre todos logremos una economía circular cada vez más eficiente.